Maestros

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lunes, 27 de septiembre de 2010

Carlos Garaycochea, el Maestro





Hace tiempo me dí un lindo gusto: Me inscribí en la Escuela de Carlos Garaycochea para cursar los dos años de Dibujo Humorístico. En el primero, tuve como profesor a Néstor Ibáñez (quien participó en las revistas de Ediciones Torino y en Humor Registrado, entre otras, y que me permitió fotocopiar ejemplares y dibujos de su colección) y en el segundo al mismo Garaycochea, hombre culto y refinado, además de exigente profesor, que nos hizo ver – por suerte – que no íbamos a asistir a sus clases para pasar el rato. Eran sábados en los que debía “madrugar”, ya que el horario era de 8 a 11 de la mañana. Pero me quedó una muy linda experiencia, no sólo por lo aprendido ( de paso, me dí cuenta de que son muchas las horas que hay que dedicarle al oficio para aprender de verdad, y a veces el tiempo no alcanza, pero igualmente hubo un par de trabajitos míos que le gustaron) sino también por las charlas entre alumnos y profesores - además de los mencionados también estaba el gran Oswal - en los quince minutos que teníamos de recreo.
En una de esas ocasiones, le recordé un dibujo suyo para la revista El Gráfico: El mismo se refería al velocista Ben Johnson, famoso por sus duelos con el célebre Carl Lewis. Aquel había vencido a Lewis en los 100m en los JJOO de Seúl (1988) y obtenido por lo tanto la medalla de oro en la especialidad. Al poco tiempo se supo que el ganador había ingerido sustancias prohibidas y, por lo tanto, le quitaron el premio y su adversario se quedó con la medalla. Causó gran impacto en su momento esta noticia y Garaycochea lo expresó a su manera: la ilustración (aproximada, no la recuerdo con tanta fidelidad, espero encontrar esa revista y publicar el dibujo un día) consistía en que dos hombres -uno a cada lado de Johnson- lo sostenían fuertemente mientras uno de ellos decía: “¡Che, avísenle al negro que la carrera ya terminó!” Y era desopilante ver al atleta tieso desde la cintura hacia arriba, con su mirada perdida y vidriosa, mientras sus “patitas” seguían moviéndose a toda velocidad como si la carrera continuase. Carlos se sonrió – evidentemente recordaba bien ese trabajo – y la charla continuó por otros caminos.
Hace poco, a principios de este mes, fue más que merecidamente homenajeado en la Alianza Francesa (se iba a realizar en el Museo de Boca Juniors, pero como ese día había partido lo trasladaron a la otra institución). Me hubiese gustado asistir, pero no me fue posible.
No se pierdan sus palabras en ese día:
http://www.youtube.com/watch?v=hldbGfaiOXs&NR=1



Carlos tiene un amplia trayectoria: Es egresado en 1949 de la Escuela Nacional de Bellas Artes (donde tuvo como profesores a Alejandro Sirio y Eugenio Daneri y como compañeros a Antonio Pugía y Aldo Severi) y se dedicó al dibujo humorístico participando en revistas como Billiken, Rico Tipo, Avivato (publica Sonambestia y Paviolo), Popurrí, Dr. Merengue,Cosquillas, Federico a Casa, Telecómicos, La Hipotenusa, Satiricón, Chaupinela, Patoruzu, Humor Registrado, la mencionada El Gráfico y en los diarios La Nación, Crónica, El Mundo, El Cronista Comercial y Tiempo Argentino.
En la radio fue intérprete y libretista en diversas emisoras. También formó parte de diversos programas televisivos como Humor Redondo, La Tuerca, Los Hijos de López, Desayuno, etc.
Fue presidente de la Asociación de Dibujantes de la Argentina, profesor de dibujo en la escuela Fernando Fader, en la Panamericana de Arte y en la Esc. Nacional de Bellas Artes, además de realizar exposiciones individuales y colectivas y trabajos de publicidad.


Algunos de sus libros son: Los deportistas son una risa 1 y 2, ¿Dónde vamos a parar?, Un vacío imposible de llenar, Don Gregorio, Catalina y otros ilustrando textos, como Diccionario del humor psicoanalítico, ¡Oh!, Como parecer culto, etc.
En 2005 realizó una gran exposición en el Palais de Glace – titulada Los Dos Garaycochea - donde expuso sus pinturas (que, debo confesarlo, pensé que serían de décadas pasadas, ¡gran error!, eran totalmente actuales, así que a los 77 años – en ese momento - mostraba toda su energía y talento), sus clásicos dibujos de humor y una maravillosa serie de bocetos donde desplegaba su amplia libertad creativa.

Para terminar, rescato las palabras de Roberto Fontanarrosa en el prólogo que le dedicó para el libro Los deportistas son una risa 2 (2005) :

"Todavía me acuerdo. Con Fernando y Daniel estaríamos en los primeros años del secundario (...) esa tarde el comentario giró en torno a la página de humor de El Gráfico, a cargo de Garaycochea. Recuerdo especialmente a Fernando, riéndose de un chiste sobre unos andinistas, señalando las caras de los tipos, los ojos, las expresiones (...) Lo cierto es que, cuando nos reíamos de los andinistas aquella tarde (...) yo no sabía que, con el tiempo, me convertiría en dibujante y, más sorpresivamente, de humor (...).
Hoy somos amigos con Carlos. Y, cosas de la vida, me distinguen encargándome el prólogo de este libro. Lo tomo como parte de pago de la deuda de agradecimiento que tengo con él, por haber sido en mis comienzos mi maestro, involuntario y a la distancia. El Garayco, posiblemente, ignora que, cuando en la Feria del libro de Buenos Aires se me acercan chicos y me dicen, a título de presentación, "Soy alumno de Garaycochea", yo les respondo orgulloso, "Yo también".

Garaycochea, Un vacío imposible de llenar, Biblioteca Grandes Humoristas Argentinos, Hyspamérica, 1988.
Vásquez Lucio, Oscar, Historia del Humor Gráfico y Escrito en Argentina (Tomo II), Eudeba, 1987).
Garaycochea, Los deportistas son una risa, Ediciones de la Flor, 2005.
Catálogo "Los 2 Garaycochea", Palais de Glace, 2005.
Nando Cartoonista (imagen "Homenaje a Garaycochea").