Maestros

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jueves, 11 de noviembre de 2010

¿ Se acuerdan de JIBARO?

A mediados de 2006 se produjo el debut y rápida despedida de la revista humorística Jíbaro. En ella se combinaba la presencia de nuevos dibujantes con la colaboración de otros artistas de larga trayectoria (Cilencio, Ana Von Rebeur, Francho). Con buen papel y una cuidada calidad de impresión, este emprendimiento sufrió una situación similar a otras publicaciones post-Humor Registrado: al no tener alguna empresa o entidad fuerte para respaldarlas ( como ocurre hoy con Fierro y Caras y Caretas) terminaron diluyéndose. Además, la creciente incorporación del público a Internet en esta última década también fue un factor en contra. Esta misma situacion tal vez esté viviendo hoy Comic.ar. Esperemos que pueda continuar.

Si bien Jíbaro - en cuanto a humor gráfico se refiere - presentaba abundante cantidad de dibujos unitarios, también se destacaban algunas historietas y páginas temáticas: Entre ellas he elegido tres: Southern Circus (con guiones de Nando y dibujos de César Da Col), El Oficial Yuta (de J. J. Rovella) y Sigmund Fraude, psicoanalista ( por Claudio Kappel).
La primera tomaba como punto de partida un hecho cotidiano o de actualidad. El personaje de Rovella nos muestra un policía corrupto, de mirada oscura y gesto adusto, siempre dispuesto a la coima o a sacar cualquier otra ventaja de su función. Posee también un muy interesante uso del color. Y el psicoanalista mostraba que como ser humano podía sufrir las mismas peripecias que cualquier paciente.
Dejo un par de ejemplos de cada caso, recordando que los mismos pertenecen a los números 2, 3 y 4, de junio, julio y agosto de 2006 respectivamente.

"Estudios de Expresión"


La revista Tio Landrú apareció durante los años '60 hasta completar casi medio centenar de números. Dirigida por Juan Carlos Colombres (Landrú), contaba con la participación de Ceo, Caloi, Faruk, Viuti, Vilar, el propio Landrú, Siulnas, Brunetto y otros dibujantes. Justamente este último es el autor de la tapa que ilustra la entrada de hoy. No es otro que Lino Palacio, quien en esa época utilizaba dicho seudónimo.
Eran años del gobierno de facto del Gral. Onganía tras el derrocamiento del Dr. Arturo Illia, situación que aquél había apoyado. Durante dicho gobierno se produjo la intervención de las universidades, de donde se recuerda especialmente La noche de los bastones largos.
Entre las características personales de Onganía se encontraba una evidente inexpresividad, situación aprovechada por Palacio para crear esta tapa llena de sutileza e ironía, seguramente una de las portadas más brillantes que se puedan recordar (número 24, del 20 de noviembre de 1968). Pocas veces eso de decir mucho con poco se ve tan bien reflejado como aquí. Y por eso su dibujo merecía tener la exclusividad en esta entrada.
Afortunadamente, ni por tal "chiste" ni por otros posteriores Onganía ordenaría cerrar la revista. Su final fue decidido por la misma editorial unos cuantos números después.