Maestros

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sábado, 13 de noviembre de 2010

Historietas: Original vs. Restaurado

Luego de escanear algún dibujo o historieta me he preguntado si en el caso de las más antiguas corresponde dejarlas tal cual, es decir con su aspecto de papel viejo o si utilizar algunas herramientas simples (no me refiero a un Photoshop donde también se pueden enmendar manchas, cortes, etc) que me permitan mejorar color, contraste y densidad.
Creo que mantenerlas con ese aspecto del paso del tiempo es bueno por dos razones: tiene su encanto para el coleccionista y por otro lado, es él mismo quien elige si restaurarla o no cuando la copia de este blog.
Para mi gusto, mejorar un poco la calidad de la imagen la "revive", la saca de su baúl húmedo y la hace más cercana, sobretodo para quienes conocen sólo las historietas de estos últimos años. Y además quedan como los dibujantes las concibieron en su momento. Es por estas razones que he seguido este método. Muy distinto es cuando se les da un color que el artista no eligió, ya que estamos modificando su creación. Esto ha ocurrido en el cine con algunas películas en blanco y negro que luego han sido coloreadas y a causa de lo cual varios cinéfilos han puesto el grito en el cielo.
En definitiva, y volviendo a la historieta, cada uno puede elegir libremente. Tal vez haya que pensar qué es conveniente según el caso. Aquí he dejado un ejemplo típico: fragmentos de tapas y páginas de Torino en su versión original y restauradas para comparar.
Me queda una duda para quién quiera des-asnarme: No tengo claro si aquellas viejas hojas de ¡Aqui Está! de los '30 y de los '40 excesivamente amarrillentas por el paso del tiempo, eran totalmente en blanco, negro más los grises de la aguada o si tenían de todas formas un leve tono sepia dado por Torino o por la impresión. En la última ilustración he dejado las dos posibilidades para pensarlo.

Las imagenes pertenecen a distintos ejemplares de la revista ¡Aquí Está! y de la Editorial Torino.