Maestros

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sábado, 15 de enero de 2011

Poesía dibujada

Hace unos cuatro o cinco años asistí a una charla de Carlos Garaycochea con Guillermo Mordillo en la escuela de dibujo del primero. Allí, entre el público (más precisamente al lado mío) se encontraba Ricardo Siri, o sea...Liniers. El hombre (ya con fama creciente a través de su tira Macanudo) pasaba totalmente desapercibido -como uno más de la gente- hasta que, luego que Garaycochea indicara su presencia en la sala, Mordillo se encargó de elogiarlo diciéndole que sus trabajos tenían mucha poesía, elogio que Liniers agradeció con una sonrisa y mucha humildad.
Hoy día, decir que estos dibujos son poéticos es algo mucho menos original, pero no deja de ser cierto...


También recuerdo haber leído que en los '60 el psicoanalista Oscar Massota definió a la historieta como literatura dibujada, término con el que algunos concordaron y otros no. Habría que analizar bien cúanto tiene de elogioso y cúanto de peyorativo dicha definición. Que no ocurra como cuando se dice que una imagen vale más que mil palabras, que puede sonar muy bueno para la imagen pero desconsiderado para la literatura...


Por eso, cuando le puse a esta entrada el título de Poesía dibujada, pensé si no estaría cayendo en la misma confusión o error, o si no sería una redundancia (si entendemos que la poesía de por sí puede entregar imagenes, sonidos, olores, o ser bella por la combinación de palabras; más allá de que a veces sea simple - pero profunda - , entendible o hermética). Pero no es el caso. No hay nada pretencioso de mi parte. Sólo quiero jugar con las palabras y valorar aún más a Liniers, quien tal vez nos esté ocultando que él es en realidad un poeta que utiliza el dibujo y el humor gráfico o la historieta como vehículo para expresarse. ¿Porqué - si no - muchas veces nos hace sonreir aunque no haya un chiste en su tira?


Creo que esa sonrisa que nos produce Liniers es el resultado de la observación de algo bello, como cuando nos saca una sonrisa una puesta de sol, un cuadro, una melodía o lo que sea, que no son graciosos pero nos alegran. Esto pasa evidentemente en Macanudo. Las tiras aquí expuestas son un buen ejemplo de ello. Y podría haber sido cualquier otra tira..... en definitiva la mía fue una elección subjetiva, arbitraria.


Además, en Macanudo esa poesía tan especial no está sólo en una tira completa o en algo que se dice, está también en una mirada de cualquiera de sus protagonistas, en un faro a rayas, en la larguísima bufanda al viento de un pingüino, en un combinación de colores y en tantos y tantos detalles que son un mundo aparte, fuera de lo que la tira cuenta, fuera de si hay remate o no.


Imágenes pertenecientes a Macanudo Universal, Ediciones de la Flor, 2009

Pero atención que sería falso decir que el humor por el humor mismo falta en Macanudo. Muchos de sus episodios son chistes cien por cien. Un tipo especial de humor, claro. Porque ¿a cúantos dibujantes se les ocurriría colocar un grupo de pingüinos sobre el lomo de una ballena en medio del océano y que uno de los primeros diga: "Reconquista al 900, por favor"...?


(Dedicado con mucho afecto a Natalia P.)