Maestros

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jueves, 24 de marzo de 2011

Del papel al movimiento (I): Upa en apuros






Hace unos días vimos un grupo de historietas que surgieron a partir de programas de televisión. Ahora, recorremos el proceso inverso: historietas que llegaron a la animación, ya sea televisiva, cinematográfica o ambas.
El camino de los dibujos animados se inicia a través de Quirino Cristiani en 1916 con el corto La intervención de la Provincia de Buenos Aires (donde Cristiani caricaturiza a Marcelino Ugarte) y en 1917 con El apóstol, el primer largo animado de la historia. Luego, continuará con los primeros filmes publicitarios (1927) y con Peludópolis (1931) donde satiriza a Hipólito Irigoyen.
En 1932, Juan Oliva realiza los primeros cortos comerciales y en 1933 Cristiani adapta los dibujos de Federico Ribas para el libro de Constancio C. Vigil El Mono relojero.
Seguirán otros trabajos de Oliva y Cristiani durante los ´30 y principios de los ´40, pero no es hasta 1942, con el estreno de Upa en Apuros, donde la historieta de humor llegará a convertirse en animación. Dice al respecto Raúl Manrupe: "Upa en apuros marca el punto más alto de la animación local en el siglo XX".
Pero mejor leamos el texto que este mismo investigador le dedica a la película de Quinterno en Breve Historia del dibujo animado en la Argentina:

Dante Quinterno. El sueño americano de un cacique patagón

Desde su primera aparición en 1928, en la tira Las aventuras de Don Gil Contento, el indio Patoruzú fue un éxito. Esto llevó a su creador, Dante Quinterno, a querer llevarlo al cine, aún antes de tener su propia revista.
Ese proyecto de Quinterno se construye a partir del éxito de Patoruzú como personaje de aventuras publicadas en La Razón y El Mundo, y esto lo lleva a pensar tempranamente en una adaptación al cine. En 1932 (1) ya aparecen en las páginas de la revista los avances de un posible corto con el título El indio Patoruzú decide divertirse, el primero en una serie. El argumento narraba una noche de farra del indio en un cabaret porteño, donde ante el tedio se emborrachaba con champagne, se mareaba, hacía papelones ante los pitucos vestidos de smoking, para finalmente terminar deseando no haber experimentado nunca esos placeres mundanos, echado por los cogotudos. El argumento, que subraya el costado palurdo del cacique y la moralina de clases nunca entremezcladas, a la vez de sugerir cierta crítica al aburrimiento de los niños bien, nunca llegó a producirse, quedando en los bocetos previos.

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El taciturno Quinterno hubo de esperar varios años y millones de ganancias más para poder concretar en parte su proyeco cinematográfico.
En 1939, apenas un año después del estreno mundial de la Blanca Nieves de Disney, en pleno éxito comercial, comenzó la tarea de realizar un largometraje animado y en colores sobre Patoruzú, convertido por entonces en "la" historieta argentina por antonomasia.
Según consigna la investigadora Natacha Mell en un extenso trabajo inédito realizado para el Museo Municipal del Cine, Quinterno habría recibido capacitación en los estudios Fleischer y Disney (¿cúando?, ¿durante cúanto tiempo?). Con producción del Sindicato Dante Quinterno, los profesionales a cargo del gigantesco proyecto provinieron exclusivamente del medio editorial. El Director General de los Estudios del Sindicato, Tulio Lovato, fue el director de la animación, sumándose en una verdadera selección nacional de dibujantes de distintas publicaciones como Oscar Blotta, Eduardo Ferro, José Gallo, Raúl Bonatto, J. Romeu, L. Destuet. Los fondos y la supervisión de colores estaba a cargo de Gustavo Goldsmith. Como ayudante, un muy joven Alberto Del Castillo. La idea original planteaba un largometraje en 35mm, y en technicolor. Finalmente y ante desacuerdos con esta empresa, que exigía un tiraje mínimo de 25 copias, el material virgen vino de Alemania, via Gaspar Film. Cabe recordar que, paralelamente, en ese momento ya se estaba experimentando en el país con distintos procesos bipack como el Alex Perrycolor. De uno u otro modo, el agravamiento de la Segunda Guerra Mundial y la no alineación argentina con los aliados pudo haber incidido en limitar la concreción física del largo que no fue. Con suficiente material filmado como para un mediometraje, se decidió limitarlo a un corto de 16 minutos.

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Nota aparecida en el Libro de Oro Patoruzú 1941


Dónde estará ese material, si hoy existe, es otro misterio de la historia de descuidos y falta de conservacionismo de nuestro cine. Upa en apuros, tal el nombre del corto, se estrenó luego de un par de intentos fallidos, junto con La Guerra Gaucha, superproducción de Artistas Argentinos Asociados y, posteriormente, clásico de clásicos del cine nativo. A la altura de tamaño esfuerzo, Upa en apuros hoy todavía es recordada y citada por los animadores y especialistas como un hito del dibujo animado local en cuanto a resultado artístico.
Al respecto, es de destacar que los personajes y su animación recuerdan ciertamente el trabajo de los hermanos Fleischer y los cortos de Popeye de la época. El oso y el gitano tienen parentesco con el corto de dos rollos Simbad el marino protagonizado por el famoso marino come espinacas y Patoruzú es, en su performance y despliegue físico, un primo sudaca e indígena de aquel marine.
El color bipack, con ausencia de azules, ha resistido el paso del tiempo, aunque recuerda los primitivos cortos de la Metro o la Warner anteriores a 1938.
 

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Libro de Oro Patoruzú 1943: Upa en apuros
 en formato historieta o storyboard (primera página de 19)


Algo llamativo es la infantilización de Upa, en las historietas siempre mostrado como una mole infradotada, y en la película reducido de talla y aniñado, tal vez para lograr un resultado final más apto para consumo infantil. Las voces son correctas y algunos gags (el gitano cayendo dentro del carro de la policía, algunos detalles de la pelea) todavía tienen su eficacia.
Los fondos, de Machietta, de aldea europea o cuento de hadas, nada tiene que ver con el entorno general de la historieta que le dio orígen (la Patagonia, Buenos Aires, ambientes que remiten a la geografía argentina o, a lo sumo, países imaginarios gobernados por ocasionales reyes o tiranos). En líneas generales se puede hablar de un producto pensado para una posterior exportación que finalmente no ocurrió.
Del corto estrenado en el Ambassador el 20 de noviembre de 1942 se hizo una tirada de cuatro copias en 16mm, lo que contribuyó al fracaso económico a partir de una distribución acotada. Con los años, llegaría la distribución para proyectores hogareños de bobinas de Super 8 mudas. También, la acumulación de prestigio hasta llegar al mito, junto con posibles proyectos para volver a llevar al cine al héroe argentino, nunca concretados hasta la muerte de Quinterno como veremos más adelante.
 
A estos datos, Fernando García y Hernán Ostumi agregan: 
"La brillante película fue producida y dirigida por el Sindicato Dante Quinterno, con Tito Davidson como director, Tulio Lovato en la jefatura de producción y Oscar Blotta como animador principal. Gran importancia tuvieron los decorados del pintor alemán Gustavo Goldsmith y los "story-boards" fueron del propio Quinterno. La partitura musical fue compuesta por Melle Weersma".

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Información agregada el 24 de diciembre de 2012: Sugiero visitar el blog de Ignacio Ochoa quien aporta mayor información, especialmente la vinculada con Art Babbit (animador norteamericano que colaboró en el film). Ochoa también nos brinda el enlace al blog de Jake Friedman, también animador y además biógrafo de Art Babbitt, que publicó dos entradas sobre la visita de este último a la Argentina.




(1) Evidentemente, si se está refiriendo a la Patoruzú semanal, hay un error de tipeo ya que dicha revista comenzó a publicarse en 1936.
Imagenes: 1,2,3,4,6 y 7: pertenecientes al libro Patoruzú, vera historia no oficial del grande y famoso cacique tehuelche. Autores: Hernán Ostumi, Fernando García, Andrés Ferreiro, Mario Formosa, Rodríguez Van Rousselt y Alberto Heredia (Ediciones La Bañadera del Cómic, 2001)
Textos:
Manrupe, Raúl: Breve historia del dibujo animado en la Argentina (Libros del Rojas, 2004)
Patoruzú, vera historia no oficial del grande y famoso cacique tehuelche (idem anterior).