Maestros

Maestros

sábado, 4 de febrero de 2012

Chicas de historieta: La señorita Pilar



1930: El mundo vive un período de entreguerras, marcado por el pesimismo y el ascenso del Partido Nacional-socialista en Alemania. Uno de los pocos hechos positivos: Gandhi inicia su campaña de desobediencia civil con el objetivo de lograr la independencia de la India.
Mientras, en la Argentina, el 6 de septiembre se consuma un golpe militar, quebrándose así el orden constitucional por primera vez. De esta manera, el general Uriburu desplaza a Yrigoyen, quien se dirige a La Plata. Se inicia la "Década Infame".
Por esos tiempos nuestro país, modificado profundamente por la inmigración, venía insertándose en el contexto internacional como exportador de productos agropecuarios. La prosperidad alcanzaba a una amplia clase media, pero, a la vez, persistían los conflictos gremiales.
En otro orden, el turf gozaba de gran popularidad, con Irineo Leguizamo a la cabeza y la asistencia de las clases más acomodadas.
Esa clase alta, precisamente, tenía entre sus preferencias de lectura a la revista Atlántida (de la editorial del mismo nombre y nacida poco tiempo antes que Billiken y El Gráfico), uno de los parámetros de la moda de dicho sector.
Alli comenzó a aparecer en este 1930 (y hasta 1931 inclusive) La señorita Pilar delira por manejar, historieta de Eduardo Linage , quien en 1932 crearía Las desventuras de Maneco para Caras y Caretas.

Atlántida número 644, jueves 14 de agosto de 1930

Pilar es una chica moderna, apasionada por manejar su propio auto en una época de gran expansión del mismo. Dicen Gociol y Rosemberg en La Historieta Argentina, una historia:

"Delicada y lánguida, (Pilar) se parece a las actrices y modelos que muestran las fotografías y las publicidades de Atlantida (...), es una chica Vogue, como casi todas las jovencitas representadas en las historietas familiares de esos años: pelo corto, capelina, tacos altos, vestido ajustado, con pequeños tajos a los costados, que cubría hasta cerca de la rodilla. Todo traído de Francia por las propias familias o por las casas de modas que comenzaban a tener auge en Buenos Aires".

Pilar es distraída, apresurada ("despelotada" diríamos hoy) y con muchas ganas de vivir y divertirse. Y para ello, a través de su querido auto, no duda en arrasar (literalmente) con cuanto obstáculo encuentra en su camino, ante la mirada de horror de sus amigas o de los representantes de las compañías aseguradoras . De todas maneras, dinero para afrontar los gastos no ha de faltar...
Llama la atención el gran tamaño de cada cuadro, cuando para la época era más usual dos tiras en media página o toda la historieta en una sola página. Sin embargo, esta característica nos permite observar con comodidad cada detalle (realizado bajo una línea simple y planos blancos, negros y grises).
Y detrás de esa chica alegre y algo ingenua, podemos adivinar una futura madre y abuela paqueta y canchera a la vez, conocedora seguramente de que la vida verdadera pasa por lugares más importantes que un auto...

Atlántida número 646, jueves 28 de agosto de 1930