Maestros

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viernes, 19 de abril de 2013

Joyas en la Web


En estos últimos días un grupo de blogs colegas han debido dar de baja  - o mantener con limitaciones - sus respectivos espacios. Algo que en algún momento podía ocurrir (y este blog tampoco está exento de que le ocurra), se manifestó durante la presente semana: La editorial heredera de la obra de Quinterno hizo valer sus derechos impidiendo subir material  tanto de Patoruzú como del resto de los personajes, en especial el correspondiente a las revistas donde aparecen extensas aventuras completas o en entregas.

Así, un valioso tesoro ya no está disponible en el mundo de la Web. Quienes llevaban adelante tales proyectos pasaron de la sorpresa (porque a pesar de que era un tema conocido, en definitiva no se lo esperaba) al enojo y luego a la desilusión y la tristeza. Ocurre que se trata de gente apasionada por estas inolvidables creaciones y deseosa de compartir sus colecciones con quienes no tienen acceso a las mismas. Y lo que es fundamental, sin ningún tipo de interés económico. Además, la posibilidad de intercambiar opiniones, datos o cualquier tipo de información es parte de un momento de gran felicidad y placer y que va fomentando nuevas amistades, incluso encuentros más allá de lo virtual.

Por todo lo dicho es una pena que la editorial haya tomado esta decisión, tal vez sin darse cuenta que no solo sus propios intereses no resultan perjudicados por los blogs, sino que han perdido también una muy buena posibilidad de logros mayores acercándose a estos grandes entusiastas por las historias del indio, de Patoruzito y de Isidoro. ¿O habrá que sospechar que las verdaderas y esperadas reediciones están a la vuelta de la esquina?...

Hay circunstancias, como por ejemplo en el caso de la literatura o en el trabajo de los músicos, donde resultan absolutamente justos los reclamos ante cualquier tipo de copias. Que otros se lleven los frutos de su propio esfuerzo es una astuta y nada honesta mirada sobre esa  idea de que en la Web "todo es libre" y para todos. Pero en este caso - reitero: sin intereses económicos y sin querer vulnerar los derechos de nadie, como siempre ha sido aclarado - se diluye una buena oportunidad de aunar esfuerzos y rescatar en toda su dimensión a la historieta argentina clásica, al menos en su faz humorística. Mientras en otros países se toma con total naturalidad reeditar y difundir obras maravillosas, aquí - salvo excepciones - parece seguirse el camino inverso.

Siempre me pareció necesaria y saludable la interrelación entre todas las partes: los creadores (pieza indispensable, claro), las editoriales, los analistas, los investigadores, los docentes, los periodistas, las comiquerías, los coleccionistas y los lectores en general. Cada cual puede aportar al rescate de tantas páginas inolvidables, conviviendo con todo lo bueno que se produce en la actualidad.

Qué otra cosa queda por expresar sino el agradecimiento desde aquí a los autores de los queridos blogs Mundo Quinterno, Dante Quinterno (ambos ya fuera de la Web), Planeta Patoruzek, El Templo de los Antepasados (los dos despidiéndose), Patoruzú-Web y Patoruzú-Historietas (que por suerte continúan, sin escaneos de revistas pero con mucho material valioso); cada uno de ellos proveedores de verdaderas joyas disfrutadas por los fans y también por muchos dibujantes profesionales. Aún así, esperamos que las medidas tomadas se revean y pronto puedan retornar u ofrecer en forma completa su material.  

"La unión hace la fuerza", dicen. Ojalá todas las partes mencionadas formen un día una sola fila que concrete por fin los sueños de la mayoría y pongan al arte de los cuadritos - y a sus reediciones -  en el lugar que se merece desde hace mucho tiempo.