Maestros

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lunes, 29 de abril de 2013

Cuatro momentos de Capicúa (II): Rayo Rojo y, más tarde, la revista propia


El número 1 de la revista de aventuras Rayo Rojo llegó a los kioskos el 10 de octubre de 1949. De tamaño muy pequeño (18x8cm) debido a que era hecha con papel sobrante, apenas podía albergar dos o tres historias donde cada tira ocupaba toda una página. Más tarde - en tiempos de la crisis del papel (1953/4) - , se angostaría hasta los 14x6cm.

Capicúa, como parte de algunos de los cambios en el contenido de la publicación, fue anunciado en el número 32 (15 de mayo de 1950) y al siguiente entraba en acción. El desarrollo tenía una extensión de dos páginas, esto es, dos episodios o tiras. Allí se mantuvo un tiempo relativamente prolongado.
Si bien los argumentos mantienen las características conocidas, vemos al protagonista mucho mas locuaz y participativo aunque sin perder esa dosis de distracción que suele jugarle a favor (como comentábamos en la primera parte de este tema).
Los siguientes son algunos ejemplos de esa época, entre los que se encuentra la presentación de la historieta:


Nº 32 (15-5-1950)


Nº 41 (17-7-1950)


Nº 43 (31-7-1950)


Nº 50 (18-9-1950)

A fines de esa misma década, Capicúa - con Mazzone como editor - pasó a ser el "dueño" de la publicación donde participaba. "El índice de la estatua" fue el primero de los relatos. En los comienzos compartió título con Piantadino (como si se tratara de dos revistas en una), para después solo llevar su nombre. Los acompañaban, entre otros, Lúpin y Afanancio. Como novedad, estas aventuras cubren una mayor cantidad de páginas:  así  - desde 1939 - el autor debió adaptarse  a variados formatos, reto que cumplió con habilidad notable. A la vez, se mantienen los rasgos de carácter del protagonista anteriormente apuntados. Con el tiempo algunos de los colaboradores de Adolfo se encargaron de los dibujos de la historieta, pero la ilustración de las tapas siguieron siendo obra de aquél.

En este caso, junto a las tapas de los números 1 y 28, hemos subido la aventura (sin titular) correspondiente a este último. Se trata de una historia plagada de gags, donde la acción y el interés no decaen en ninguna de sus 17 páginas. Allí nuestro héroe junto a Olegario y Bambufoca pasan de investigar una serie de atentados en un circo a formar parte del show, con las consecuencias que tal situación traerá. En el medio, un enigmático y algo molesto personaje será a la postre una pieza clave en la resolución del conflicto.

Octubre 1959

Diciembre 29 de 1960




















Bibliografía:

Trillo, Carlos y Saccomanno, Guillermo: Historia de la Historieta Argentina, Ediciones Record, 1980.