Maestros

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martes, 3 de noviembre de 2015

Patoruzito y las razones de Dante Quinterno





Durante el mes de junio de 2012 me propuse armar un grupo de entradas relacionadas con los comienzos de Patoruzito. En realidad, más allá de que el famoso caciquito sea una idea original de Dante Quinterno, apunté a recordar a sus autores en el día a día de la cocina de sus aventuras: Mirco Repetto y Tulio Lovato. Sin embargo, no pudo quedar fuera del tema la -a esta altura algo reiterada- incógnita sobre si Patoruzú y Patoruzito son o no la misma persona. Por ese entonces escribí:

Sin embargo, el tema más importante entre los coleccionistas se refiere al consabido hecho de quién es Patoruzito en relación a Patoruzú. Una serie de situaciones contradictorias complica las cosas: El indiecito es originario de la Patagonia pero sus historias suceden en la misma época que las de Patoruzú. A la vez, como dijimos, Cañones es más joven y Pampero un potrillo, pero la Chacha parece tener la misma edad que en sus andanzas con el indio mayor. En tanto, con el último ya no aparecerán Chiquizuel y su nieto.
Diego Accorsi nos dice:“Dante Quinterno no quería contar la infancia del indio, sino traspasar el concepto a un nuevo personaje, más infantil, más inocente (…) para lograr aventuras más frescas y divertidas. Y lo logró.”
Esta idea es la que parece imponerse. Me atrevo a agregar que aún en el caso de que todos los co-protagonistas tuviesen la edad adecuada y la época las características correspondientes a los años en que transcurrió la hipotética infancia de Patoruzú, igualmente se haría difícil creer que se trata del mismo cacique: el carácter y la inteligencia de Patoruzito no se condice con la personalidad del adulto, sobre todo si esta comparación se realiza con el Patoruzú de los años 20 o 30…
En cambio, Isidorito se acerca más a lo que podría haber sido Isidoro en su niñez (...). (1)


Publicidad en el semanario Patoruzú 417, poco tiempo antes 
de la aparición del indiecito (Blog Patoruzista, de Sergio Maganás)



Ahora, repasando las páginas de La Historieta Argentina - Una Historia, Judith Gociol y Diego Rosemberg nos dicen, refiriéndose a las Correrías, pero en definitiva los pequeños personajes:
(...) Una revista enteramente dedicada a las aventuras de Patoruzú e Isidoro en la infancia. Escrita por Mirco Repetto y dibujada por Quinterno (2), esta prehistoria del indio y su padrino no encaja con la versión de los personajes ya adultos

En base a esto citan a Fernando García y Hernán Ostuni, quienes en el catálogo del Museo de Motivos Argentinos José Hernández titulado "La historia de la historieta gauchesca" (1992), señalan:
El primer número de las Correrías narra el encuentro de Patoruzito con Isidorito, porteño enviciado por la ciudad pero de buen corazón. Este hecho descalifica el encuentro de Patoruzú con Isidoro en el circo, dado por original en las páginas de Patoruzú número 1. 

Aquel encuentro de los niños se publica por primera vez en el semanario Patoruzito Nº 1 de 1945...


 
Primera aparición del indio: El encuentro con Don Gil Contento en el diario Crítica del 19 de octubre de 1928 (izq.).
Segunda aparición: Esta vez ante Julián de Montepío -antecesor de Isidoro- (der.). 
Corresponde al diario La Razón del 27 de septiembre de 1930. 


En el primer número de Patoruzú, el indio e Isidoro 
se ven en el circo, aunque ya se conocían con anterioridad...

Patoruzito e Isidorito se conocen en la Patagonia. 
(semanario Patoruzito número 1, 11 de octubre de 1945)


La mirada comienza a modificarse cuando Miguel Dao nos señala que esta aparente contradicción tiene sus motivos. Transcribo algunos fragmentos de su artículo títulado "El nacimiento de Patoruzito", publicado el 27 de julio de 2008 en su blog (3):
(...) Así, reservando para Patoruzú las tiras clásicas de Quinterno (...), surge el semanario Patoruzito, que recoge el resto de la gama historietística. Pero que, además, la amplía brillantemente.
(...) Quinterno tenía clarísimo que las dos publicaciones debían estar íntimamente vinculadas. El público adulto de Patoruzú, sería el mismo que comprase Patoruzito para sus hijos (y de paso, también la leería). Entonces, como el personaje que necesariamente debía dar título a la revista -en función de la conexión de ambas publicaciones- no existía, se lo creó. Su autor intelectual lo describe así en el número 1 de la revista (11/10/1945): "Se trata de las aventuras de Patoruzito, personaje de extraordinaria sugestión y simpatía, creado especialmente para este semanario y semblanza de un período desconocido en la vida del popular indio Patoruzú: ¡su infancia!"


 Páginas 5 y 6 de Patoruzito número 1 
(Escaneos de Sergio Maganás)



Detalle


Tras resaltar los méritos de la dupla Lovato-Repetto y las diversas reformulaciones aplicadas en Patoruzú, Dao continúa: (...) Se evidencia así, en Quinterno, una profunda preocupación por la coherencia de sus criaturas. Pero desde la estructura profunda que las contenía, no desde el apego a un elemental concepto de verosimilitud, inaplicable, por otra parte, a un género de por sí poco verosímil, como la historieta.
Y luego de referirse al que denomina antagonismo complementario entre Patoruzú e Isidoro, expresa: Con estos antecedentes, resulta absolutamente comprensible que Quinterno, a la hora de diseñar la estructura de Patoruzito, no haya optado por un concepto de verosímil que respetase la historia anterior de los personajes. Hacerlo hubiera significado quitarle al nuevo personaje nada menos que su opuesto complementario. Quinterno había comprendido mucho tiempo antes que el indio -adulto o pequeño- debía tenerlo para que funcionara.


Portada de Patoruzito número 1
 (Escaneo de Hernán Schneider)


Continúa Miguel: 

(...) Otro elemento que divide las aguas temporales entre la versión infantil y la original, aunque indirectamente, radica en que Patoruzú se queda en la ciudad, y Patoruzito en la Patagonia (durante un muy largo período), de modo que sus vidas no se superpongan. Se han cuestionado detalles menores, supuestamente inverosímiles, en cuanto al transcurso del tiempo, como las fisonomías invariables de la Chacha y Ñancul. No creo que tengan ninguna relevancia, pero se podría argumentar que la gente de campo, a diferencia de la de la ciudad, envejece de una vez y para siempre. Y también que el lapso que va de Patoruzito a Patoruzú no es tan grande como para merecer que todo el mundo evidencie grandes cambios. Quinterno, en los inicios del indio, lo sitúa cumpliendo la mayoría de edad, mientras que a su versión infantil se la puede situar entre los ocho y diez años. Pero repito: estas objeciones obedecen a un criterio de verosimilitud que no es el que le preocupaba a Quinterno (...).
En cambio, hay cuestiones interesantes que se plantean en relación al aspecto físico y las características de personalidad de Patoruzito, en disimilitud con las de su precedente adulto. Mientras que se puede imaginar sin ripios el tránsito por la adolescencia de Isidoro Cañones, resulta mucho más difícil entender cómo un indiecito bello y sagaz, se convierte en un joven feo y con una ingenuidad rayana en la estupidez. Si por un momento aceptáramos el paradigma que la historieta (cómica, en el caso) debe responder a modelos de “realidad” y guardar “coherencia” en sus formulaciones, se podría argumentar que no se comprueba que el niño tenga necesariamente que anticipar al adulto. Muchos han sufrido la misma transformación que Patoruzito. Y otros, como en mi caso, la inversa. 
Pero sí dejamos de lado lugares comunes de dudosa lógica, y también, por supuesto, el prejuicio de que se diseñó al personaje desde el descuido de los detalles, aparece una pregunta que sí merece ensayo de respuesta... Por qué Quinterno, teniendo ya al hombre diseñado, decidió que el niño cercano no debía prefigurarlo tanto, salvo en lo que hace a nobleza y valentía? Hubiera sido más fácil y menos arriesgado diseñar un Patoruzito que se correspondiese con la imagen ya instalada de su versión adulta. Opino que, nuevamente, la cuestión pasa por una cuestión de verosímil, según el concepto profundo que de éste tenía el autor. Las hazañas físicas de Patoruzú no resultarían creíbles en Patoruzito. Entonces, había que compensarlas, y el remedio fue su sagacidad detectivesca. Pero eso le haría perder la simpatía que trasuntaba la ingenuidad del indio adulto. Se la suplió con el dibujo...


Al momento que subí las entradas sobre Patoruzito, desconocía ese breve texto aparecido en las páginas 5 y 6 del primer número. Ante tamaña evidencia y afirmación, está claro que el pequeño y el gran cacique son una misma persona. Para mí, entonces, resultó insoslayable el agregado -algo tardío-de esta entrada. Después, Dao reflexiona sobre tal decisión y justifica esas (reales o estudiadas) "incoherencias", según los criterios del creador de la historieta, y señalando que -en definitiva- se trata de un género que de por sí es poco verosímil, o que al menos no tiene la obligación de serlo. 
En base a ellas, podríamos concluir que la imaginación y la visión comercial de Dante Quinterno tuvieron razones -y lógicas- que la razón no entiende, pero que a él y a su empresa le dieron magníficos resultados. Mientras tanto, a lo largo de tantas décadas, los lectores se hicieron menos preguntas y simplemente disfrutaron de las aventuras del inteligente caciquito.




Bibliografía:

-Gociol, Judith y Rosemberg, Diego: La Historieta Argentina - Una Historia. Ediciones de la Flor - Buenos Aires, 2000.
-Ostuni, Hernán, García Fernando, Ferreiro, Andrés, Formosa, Mario, Rodriguez Van Rousselt: Patoruzú - Vera historia no oficial del grande y famoso cacique tehuelche. Ediciones La Bañadera del Comic. Buenos Aires, 2001.

(1) Las 3 entradas, aquí:

http://sonrisasargentinas.blogspot.com.ar/2012/06/patoruzito-primera-historia.html
http://sonrisasargentinas.blogspot.com.ar/2012/06/patoruzito-primera-historia-ii-mirco.html
http://sonrisasargentinas.blogspot.com.ar/2012/06/patoruzito-primera-historia-la.html

(2): En realidad, los episodios de Correrías fueron dibujados por Tulio Lovato (reediciones), más los aportes de Ferro y -cuando se trata de aventuras inéditas- por otros ilustradores de difícil identificación (Fuente: Miguel Dao).

(3) Ver el artículo completo de Miguel Dao

http://historietas---cine---teatro-por-dao.blogspot.com.ar/2008/07/el-nacimiento-de-patoruzito.html